lunes, 10 de septiembre de 2012

Perplejidad

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Mi amiga Esperanza dirá que la divinidad toca con su dedo mágico el aire y este se llena de belleza. Desde luego que belleza efímera, pero tan inmensa y turbadora, que su fugacidad es casi un alivio.
El jardín es mío y yo he cultivado las capuchinas que se asoman por la izquierda, con el color de la tarde y esa hortensia que brilla con luz propia, en las sombras crecientes. No es que pasara el Amado mil gracias derramando. Pero, para el no creyente, el estremecimiento y la perplejidad son formas cuasi religiosas de adoración. Quizá debiera haberme arrodillado, pero está perspectiva es la más humana: la del hombre de pie. La ría de Villaviciosa tiene, a veces, estas sorpresas que ponen en la cabeza del espectador el mismo signo de interrogación, que tengo ante un cuadro de, pongamos por caso, Juan Carlos Lazaga.

7 comentarios:

  1. Lazaga no ha estado nunca el El Picu (será porque no ha quierido), pero ha pintado más de una vez ese mismo cielo, y también de pie. Yo lo he visto.
    Abrazotazos.

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  2. ¡Bendito sea, el tío! ¿El mismo cielo? No. Pero en la pintura hay algo que no hay en la naturaleza y en eso Lazaga es un maestro: el aura. Lo vi en su estudio y en todos los cuadros la encontré. Será que se pinta a sí mismo. ¿No crees?

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  3. ¡Vaya vista!y ¡Vaya foto!.
    Me tenéis de un entretenido, ente Babunita y tú.Ahora a buscar a Lazaga.
    Espectacular hortesia y monísimas capuchinas.

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  4. Amiga pseudo. Lazaga es pintor de los que no se encuentran en catálogos de pintores con exposiciones en "las más selectas galerías de Europa y América". Esta expresión suele ser resumen de muchos fantasmones del pincel cuando escriben su propio currículo. Pintor olvidado y grande. Olvidado, porque en el gremio, ser reconocido hay que pagarlo con sumisiones y alabanzas a los colegas que tienen muchas relaciones. En cuanto a la grandeza esta no procede de la dimensión de los cuadros ni de su calidad con ser mucha, sino de su posicionamiento moral incorruptible. Pinta pues, para sí, y no sin cierto desasosiego lo enseña a sus amigos. Si quiere encontrarlo, pues no será fácil, porque vive en la Huerta Murciana (Ya sabe que en el XIX se decía, mata al rey y vete a Murcia). Y cuando lo encuentre a lo mejor no lo encuentra pintando sino leyendo, devorando libros, generalmente de pensamiento. Es decir, se está preparando. Porque Lazaga busca en sus cuadros la sutilísima atmósfera que las ideas dejan en su alma. Si necesita más datos puedo darlos. Besos, amiga pseudosocióloga.

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